Viajar con mochila por Sudamérica no tiene por qué ser solo un recorrido turístico. Una de las formas más enriquecedoras de vivir el continente es combinar tu ruta con experiencias de voluntariado. Esto no solo te permite reducir gastos de alojamiento y comida, sino también conectarte con comunidades locales, aprender nuevas habilidades y generar un impacto positivo en los lugares que visitas.
El voluntariado mientras mochileas te abre puertas que el turismo tradicional no muestra. Puedes vivir en una ecoaldea en Ecuador, ayudar a proteger tortugas en Brasil, colaborar en un hostal alternativo en Bolivia o dar clases de inglés en comunidades rurales peruanas. Y todo esto sin dejar de viajar, moviéndote a tu ritmo, con libertad y propósito.
En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber para combinar voluntariado y mochilón por Sudamérica: tipos de voluntariado, cómo encontrar oportunidades seguras, consejos prácticos, experiencias reales y beneficios personales.
¿Por qué hacer voluntariado durante tu mochilón?
Más allá del ahorro económico, que es una ventaja real, el voluntariado transforma tu forma de viajar. Te permite:
Vivir una experiencia más auténtica, fuera del circuito turístico
Formar vínculos más profundos con la comunidad local
Desarrollar habilidades prácticas y emocionales
Viajar más lento y con mayor conciencia
Dejar una huella positiva en los lugares que visitas
Sentirte parte de un intercambio cultural real
Además, en muchas ocasiones, esos días de voluntariado se convierten en los recuerdos más significativos del viaje.
Tipos de voluntariado para mochileros
Sudamérica ofrece una gran variedad de opciones para mochileros voluntarios, dependiendo de tus intereses, habilidades y el tiempo que tengas disponible.
1. Voluntariado en hostales y alojamientos turísticos
Es una de las formas más comunes de voluntariado mochilero. Los hostales reciben a viajeros que colaboran unas horas al día en recepción, limpieza, cocina, redes sociales o actividades para los huéspedes, a cambio de cama (y a veces comida).
Ideal para: personas sociables, con habilidades prácticas o ganas de conocer a otros viajeros.
2. Voluntariado en proyectos sociales o educativos
Puedes colaborar en escuelas rurales, bibliotecas comunitarias, programas con niños o centros culturales. A menudo se requiere enseñar idiomas, ayudar con tareas escolares, coordinar juegos o simplemente acompañar.
Ideal para: quienes disfrutan del trabajo comunitario, la enseñanza o el contacto humano directo.
3. Voluntariado en granjas, ecoaldeas y permacultura
Muchas fincas orgánicas o comunidades autosustentables reciben voluntarios para ayudar en la huerta, la construcción con barro, la cocina colectiva o la reforestación. Es una experiencia intensa y conectada con la naturaleza.
Ideal para: quienes buscan desconectarse, aprender oficios y vivir en comunidad.
4. Voluntariado con animales y conservación
Puedes colaborar en refugios de perros y gatos, centros de rescate de fauna silvestre, conservación de tortugas, monitoreo de aves o protección de selvas. Requiere compromiso y respeto por los seres vivos.
Ideal para: amantes de los animales, biólogos, fotógrafos de naturaleza o ecologistas.
5. Voluntariado artístico o creativo
Algunos espacios culturales, murales comunitarios, centros juveniles o escuelas buscan personas con habilidades en arte, música, teatro, danza, escritura o diseño. Puedes enseñar o simplemente participar.
Ideal para: viajeros con espíritu creativo y ganas de compartir su arte.
¿Dónde encontrar oportunidades de voluntariado?
Existen varias plataformas especializadas que conectan mochileros con proyectos que buscan voluntarios. Algunas son gratuitas y otras requieren una membresía.
Plataformas populares:
Worldpackers – muy usada en Sudamérica, con opciones verificadas y evaluaciones
Workaway – red global con muchas oportunidades rurales y urbanas
HelpX – menos usada pero con anfitriones alternativos
WWOOF – específica para voluntariado en granjas orgánicas
Couchsurfing Hangouts / Grupos de Facebook – también se pueden encontrar voluntariados informales
Consejo importante: lee siempre los comentarios de otros viajeros, verifica que el voluntariado sea justo (número de horas, condiciones de vida, trato), y si tienes dudas, contacta a alguien que ya haya estado allí.
Qué tener en cuenta antes de aceptar un voluntariado
No todos los voluntariados son éticos o adecuados. Estas preguntas te ayudarán a evaluar si vale la pena:
¿Qué tareas específicas me van a pedir?
¿Cuántas horas por día y cuántos días por semana debo colaborar?
¿Ofrecen comida, cama, ambos o solo uno?
¿Dónde voy a dormir? ¿Comparto espacio con otros voluntarios?
¿Puedo salir o tener tiempo libre para explorar la zona?
¿Hay reglas de convivencia o requisitos previos?
Es importante que todo esté claro desde el principio. Así evitarás malentendidos o situaciones incómodas.
Cómo combinar el voluntariado con tu ruta mochilera
Uno de los desafíos más comunes es cómo hacer voluntariado sin que eso te impida seguir moviéndote o te obligue a cambiar tus planes. Aquí algunos consejos para encontrar el equilibrio:
1. Elige voluntariados cortos o flexibles
Algunos proyectos aceptan estancias desde una semana. Esto te permite probar y decidir si quieres quedarte más tiempo.
2. Planifica por región
Agrupa tus voluntariados por zonas geográficas. Por ejemplo, hacer uno en el norte de Perú, otro en Ecuador y otro en Colombia. Así aprovechas mejor los traslados.
3. Combina momentos de viaje libre con pausas voluntarias
Viaja durante dos o tres semanas y luego quédate en un lugar fijo haciendo voluntariado durante una semana o más. Esto te da descanso y estabilidad.
4. Usa el voluntariado como forma de entrar en una comunidad
Por ejemplo, si te interesa conocer culturas indígenas, puedes ofrecer ayuda a proyectos locales. Así el contacto será más profundo que como simple visitante.
5. No aceptes más de lo que puedes dar
Si estás cansado, enfermo o emocionalmente saturado, mejor descansa antes de comprometerte. El voluntariado debe ser un acto consciente, no una obligación.
Historias reales de voluntariado mochilero
Julia, 26 años, España: “En Colombia colaboré en un hostal donde ayudaba a preparar el desayuno y organizaba noches de juegos. Era solo 4 horas por día y conocí gente increíble. Después hice voluntariado en una granja en Ecuador, donde aprendí a hacer compost y cultivar papas. Fue duro, pero me conecté con la tierra.”
Rodrigo, 29 años, Argentina: “Yo soy profe de inglés, así que aproveché para dar talleres en comunidades rurales de Bolivia. La experiencia me marcó mucho. También hice videos para un centro cultural en Perú, algo más relacionado con mi profesión.”
María, 31 años, Chile: “En Brasil trabajé en la conservación de tortugas en una playa remota. Dormíamos en carpas y hacíamos turnos nocturnos para verlas desovar. Inolvidable. Luego fui a un refugio de perros en Paraguay. Fue agotador, pero muy gratificante.”
Beneficios personales del voluntariado mientras mochileas
Te ayuda a viajar con sentido y propósito
Desarrollas empatía, paciencia y resiliencia
Mejoras habilidades prácticas y sociales
Fortaleces tu autoestima al sentir que aportas
Vives experiencias únicas que el turismo no ofrece
Creas vínculos reales y duraderos
Reduces gastos y estiras tu presupuesto
Te desconectas del ritmo frenético del viaje y encuentras estabilidad
Voluntariado ético: claves para hacerlo bien
Evita proyectos que lucran con el trabajo de voluntarios o reemplazan empleos locales
No participes en voluntariados con niños huérfanos si no tienes experiencia ni compromiso real
Respeta las culturas, normas y tiempos del lugar al que llegas
Pregunta si tu ayuda es realmente útil o solo simbólica
Comparte tus conocimientos, pero no impongas tu forma de hacer las cosas
Sé agradecido y no actúes como “salvador”
Documenta con respeto (pide permiso para sacar fotos o hacer videos)
¿Es posible viajar solo haciendo voluntariado?
Sí, pero implica una forma muy particular de mochilear. Algunas personas recorren el continente encadenando voluntariados, viviendo casi sin dinero, intercambiando tiempo y habilidades por alojamiento y comida.
Si eliges esta forma de viajar:
Sé flexible y paciente, no todos los lugares son cómodos
Cuida tu salud física y mental
No pierdas la motivación: si algo no te gusta, muévete
Mantén tu red de contactos y apoyo emocional
Equilibra con momentos de descanso y ocio personal
Mochilear con el corazón en las manos
Combinar voluntariado con mochilón es una forma poderosa de transformar tu viaje en algo más que un recorrido. Es una invitación a mirar con otros ojos, a poner tu tiempo y energía al servicio de algo más grande que tú. Es un puente entre culturas, un espacio de aprendizaje, una oportunidad de crecer como persona.
No necesitas ser experto, tener títulos o grandes habilidades. Solo se necesita voluntad, respeto y ganas de compartir. En el camino, te sorprenderás con todo lo que recibirás a cambio.
Viajar por Sudamérica ayudando y aprendiendo no solo es posible: es profundamente transformador. Que tu mochila también lleve solidaridad.

Mochilero por 10 años, ha recorrido cada rincón de Sudamérica. Escribe el blog para compartir rutas auténticas y consejos sostenibles. Apasionado por conectar culturas y viajeros, cree que la aventura no tiene precio. ¡Explora con mente abierta y presupuesto bajo!