Cuando pensamos en mochilear por Sudamérica, es común imaginar cordilleras infinitas, selvas amazónicas, pueblos coloniales o grandes ciudades vibrantes. Sin embargo, el continente también es hogar de un sinnúmero de islas que ofrecen experiencias inolvidables. Desde remotos archipiélagos volcánicos hasta paraísos tropicales y comunidades pesqueras tradicionales, las islas sudamericanas tienen mucho que ofrecer a los mochileros que buscan aventura, naturaleza, cultura y desconexión.
En este artículo, te mostramos las mejores islas de Sudamérica para mochileros aventureros: lugares accesibles, con alma auténtica, precios variados y posibilidades de explorar más allá del turismo convencional. Si sueñas con playas vírgenes, caminatas salvajes, snorkel entre tortugas, o conocer modos de vida distintos, sigue leyendo.
1. Isla Grande de Chiloé (Chile)
Ubicada en el sur de Chile, la Isla Grande de Chiloé es un lugar lleno de misticismo, historia y paisajes verdes y lluviosos. Es una isla diferente a todo lo que puedas haber conocido. Aquí, los mitos ancestrales se entrelazan con la arquitectura en madera, los mercados de mariscos, los fiordos y los bosques nublados.
Para los mochileros, Chiloé ofrece aventura, cultura y conexión. Puedes recorrerla en transporte público o hacer dedo (muy común allí), y dormir en hostales, casas familiares o campings. Hay caminos rurales, pueblos donde parece que el tiempo se detuvo, y una comunidad local muy abierta al viajero.
Qué hacer:
- Visitar las iglesias de madera Patrimonio de la Humanidad
- Explorar el Parque Nacional Chiloé
- Hacer voluntariado en ecoescuelas o granjas
- Comer curanto y pan amasado en mercados locales
Ideal para mochileros interesados en cultura tradicional, lluvia constante y senderismo entre bosques y costa.
2. Islas Galápagos (Ecuador)
Las Islas Galápagos son un sueño para muchos viajeros. Este archipiélago volcánico en medio del Pacífico es famoso por su biodiversidad única, sus paisajes lunares y su historia como inspiración de Darwin. Aunque tradicionalmente se piensa que Galápagos es solo para turistas con alto presupuesto, los mochileros también pueden disfrutar del destino si lo planifican bien.
Hay islas habitadas como Santa Cruz, San Cristóbal e Isabela donde se puede dormir en hostales sencillos, comer en mercados y moverse entre actividades gratuitas o accesibles. La clave está en evitar los cruceros y hacer un viaje independiente.
Qué hacer:
- Snorkel con lobos marinos, tortugas y tiburones inofensivos
- Caminar entre iguanas marinas y aves endémicas
- Acampar en zonas habilitadas (con permiso)
- Recorrer senderos naturales autoguiados
Recomendación clave: reserva vuelos con anticipación y aprovecha paquetes locales directamente en las islas.
3. Isla del Sol (Bolivia)
En el medio del Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, se encuentra la Isla del Sol. Este lugar mágico es considerado sagrado por las culturas andinas. Se dice que de aquí nacieron los primeros incas. No hay autos, ni grandes hoteles. Solo caminos empedrados, ruinas ancestrales, comunidades aymaras y vistas impresionantes.
Es un destino ideal para el mochilero que busca calma, conexión espiritual y caminatas de montaña. El acceso es desde Copacabana, y hay alojamientos rústicos y comidas sencillas, casi siempre con ingredientes locales.
Qué hacer:
- Caminar de norte a sur recorriendo ruinas incaicas
- Observar el atardecer sobre el lago
- Conversar con las familias locales
- Meditar o descansar sin tecnología
Recomendación: lleva efectivo y ropa de abrigo, ya que por la altitud las noches pueden ser frías incluso en verano.
4. Ilha do Mel (Brasil)
Ilha do Mel, en el estado de Paraná, es una joya escondida del litoral brasileño. Sin autos, con playas vírgenes, senderos entre la vegetación y un ambiente relajado, es el lugar perfecto para descansar del ruido urbano y reconectar con la naturaleza.
Es muy popular entre mochileros brasileños y argentinos, pero aún se mantiene poco masificada, especialmente fuera de temporada alta. Las posadas son sencillas, hay opciones de camping y el ambiente es muy bohemio.
Qué hacer:
- Caminatas hasta el faro y fortalezas históricas
- Surf en playas tranquilas
- Música en vivo en bares rústicos
- Lectura y descanso en hamaca con vista al mar
Ideal para quienes buscan equilibrio entre playa, sencillez, naturaleza y buena vibra viajera.
5. Isla de la Plata (Ecuador)
Conocida como la “Galápagos de los pobres”, esta isla forma parte del Parque Nacional Machalilla y se encuentra frente a las costas de Puerto López. Si bien no se puede dormir en ella, se puede visitar con tours diarios que incluyen caminatas guiadas y snorkel.
Lo que la hace interesante para mochileros es su accesibilidad (los tours son económicos) y su riqueza natural: piqueros de patas azules, fragatas, tortugas marinas y paisajes costeros únicos.
Qué hacer:
- Observar aves marinas en sus acantilados
- Hacer snorkel entre corales
- Caminar con guías por senderos protegidos
- Acampar en la playa de Puerto López o en el Parque Nacional
Tip de ahorro: busca hostales en Puerto López y arma un combo con otros mochileros para tours grupales.
6. Isla Gorgona (Colombia)
Antigua cárcel convertida en parque nacional, esta isla ubicada en el Pacífico colombiano es uno de los secretos mejor guardados del país. Rodeada de selva húmeda y mar profundo, alberga especies únicas y es punto de avistamiento de ballenas jorobadas entre julio y octubre.
No es el destino más barato, pero vale cada centavo por su belleza salvaje y aislamiento. El ingreso está regulado para proteger la biodiversidad, lo que la convierte en una experiencia exclusiva y silenciosa.
Qué hacer:
- Avistar ballenas desde la costa
- Snorkel y buceo con instructores locales
- Caminatas en la selva con guías ambientales
- Visita a las ruinas de la antigua prisión
Consejo mochilero: reserva con anticipación y lleva todo lo necesario, ya que los servicios son limitados.
7. Isla de Taquile (Perú)
Ubicada también en el Lago Titicaca, del lado peruano, la Isla de Taquile es famosa por su comunidad que mantiene tradiciones ancestrales quechuas, incluyendo un sistema de organización social basado en el trabajo colectivo y el arte textil.
Allí no hay hoteles, sino casas de familias que reciben a los viajeros con sencillez y calidez. La experiencia de vivir como uno más, sin tecnología, con comidas caseras y cielos estrellados es transformadora.
Qué hacer:
- Participar en el tejido tradicional (reconocido por la UNESCO)
- Caminar entre terrazas agrícolas
- Aprender sobre las normas comunales
- Comer trucha recién pescada
Recomendación importante: respeta la cultura local, no impongas tu estilo de vida ni exijas lujos.
8. Isla Grande (Brasil)
Ubicada en el estado de Río de Janeiro, Ilha Grande es un paraíso de selva atlántica, playas de postal, cascadas y senderos que atraviesan montañas y bosques. Aunque ha ganado fama en los últimos años, aún mantiene una vibra mochilera muy fuerte, especialmente fuera de la temporada alta brasileña.
No hay autos en la isla y todo se hace a pie o en barco. Hay hostales para todos los presupuestos y una atmósfera relajada que invita a quedarse más de lo planeado.
Qué hacer:
- Hacer trekking hasta la Praia do Aventureiro
- Visitar Lopes Mendes, una de las playas más lindas del mundo
- Snorkel en la Laguna Azul
- Navegar por bahías rodeadas de selva
Recomendación: lleva buen calzado y prepárate para caminar, ya que los trayectos entre playas pueden durar varias horas.
9. Isla Navarino (Chile)
Para los mochileros más extremos, la Isla Navarino es el verdadero fin del mundo. Al sur del canal de Beagle, frente a Ushuaia, este territorio chileno es el hogar del famoso trekking Dientes de Navarino, considerado uno de los más australes y salvajes del planeta.
Poco visitada y de clima impredecible, ofrece una aventura solo apta para quienes estén bien preparados. El contacto con la naturaleza es absoluto y los paisajes parecen sacados de otro planeta.
Qué hacer:
- Trekking por el circuito Dientes de Navarino (4–5 días)
- Avistamiento de aves y fauna subantártica
- Conocer la cultura Yagán en Puerto Williams
- Meditar en silencio frente a los lagos helados
Advertencia: lleva buen equipo, mapas físicos, ropa técnica y avisa tu ruta antes de salir.
Las islas también son territorio mochilero
Sudamérica es mucho más que su tierra firme. Las islas del continente ofrecen experiencias únicas que combinan aventura, desconexión, naturaleza y cultura viva. No importa si prefieres una playa tropical, una caminata solitaria entre montañas o una comunidad ancestral en un lago, siempre habrá una isla esperando por ti.
Para el mochilero aventurero, estas islas no son solo destinos, sino puntos de encuentro con otras formas de vida, otras maneras de habitar el mundo. Viajar por ellas no solo amplía tu mapa geográfico, sino también tu mapa interior.

Mochilero por 10 años, ha recorrido cada rincón de Sudamérica. Escribe el blog para compartir rutas auténticas y consejos sostenibles. Apasionado por conectar culturas y viajeros, cree que la aventura no tiene precio. ¡Explora con mente abierta y presupuesto bajo!