Cada vez más mochileros buscan que su forma de viajar tenga un menor impacto ambiental y un mayor aporte a las comunidades que los reciben. Ser mochilero sostenible no se trata solo de reciclar o llevar una botella reutilizable: es una actitud consciente frente al mundo, que incluye decisiones sobre cómo moverse, dónde dormir, qué comer, con quién compartir, y sobre todo, cómo dejar huella sin dañar lo que se visita. Sudamérica es un continente ideal para este tipo de viaje: tiene una biodiversidad inmensa, comunidades indígenas que preservan su cultura, rutas alternativas poco masificadas y una red creciente de proyectos ecoamigables.
En este artículo, descubrirás una selección de rutas mochileras sostenibles en Sudamérica, pensadas para quienes quieren viajar con responsabilidad, respeto y conexión real. Desde senderos en la selva hasta voluntariados rurales, pasando por viajes en bici y comunidades autosustentables, esta guía es para quienes entienden que viajar también es un acto político, ético y espiritual.
¿Qué es una ruta mochilera sostenible?
Una ruta sostenible es aquella que busca minimizar el impacto ambiental, económico y social negativo del turismo, y maximizar los beneficios para las comunidades locales y los ecosistemas. En la práctica, esto implica:
- Usar transporte de bajo impacto (buses, bici, caminatas, autostop)
- Dormir en alojamientos responsables o campings controlados
- Comer local y reducir el consumo de productos industrializados
- Participar en proyectos que devuelvan valor (voluntariados, talleres, trueques)
- Ser consciente del agua, la basura y el comportamiento cultural
No necesitas ser perfecto, pero sí consciente. La sostenibilidad no es un destino, es una manera de caminar.
1. Carretera Austral – Chile
La Carretera Austral es una de las rutas mochileras más impresionantes y sostenibles del continente. Son más de 1200 km desde Puerto Montt hasta Villa O’Higgins, atravesando bosques, ríos, glaciares, pueblos pequeños y parques nacionales. La ruta favorece el transporte lento: bicicleta, autostop, caminatas, kayak.
Por qué es sostenible:
- Fomenta el turismo de naturaleza sin grandes resorts
- Los pueblos dependen del comercio justo con viajeros
- Hay opciones de acampada, ecoalojamientos y hostales locales
Consejos:
- Evita dejar residuos en zonas rurales
- Apoya ferias y mercados locales
- Usa filtros de agua para reducir botellas plásticas
2. Caminos de la Sierra Nevada – Colombia
La Sierra Nevada de Santa Marta es uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo y hogar de pueblos indígenas como los kogui o los arhuacos. Existen rutas mochileras que conectan Minca, Paso del Mango, Buritaca y la Ciudad Perdida, donde se puede caminar, alojarse en fincas ecológicas o hacer voluntariados.
Experiencia destacada:
- Trekking a la Ciudad Perdida (4-6 días)
- Ecoturismo en Minca (café, cacao, cascadas)
- Trabajo voluntario en reservas naturales
Consejos:
- Respeta las indicaciones culturales en territorios indígenas
- No tomes fotos sin permiso
- Usa ropa liviana y biodegradable para lavar
3. Chapada Diamantina – Brasil
En el estado de Bahía, Chapada Diamantina es un parque nacional con paisajes espectaculares, rutas de trekking y una cultura de turismo comunitario fuerte. Las caminatas de varios días, como la ruta de Vale do Pati, son autosuficientes y se apoyan en guías locales.
Sostenibilidad en acción:
- Los guías son del lugar, capacitados en turismo responsable
- No se permite acampar libre sin guía
- Hay alimentación vegetariana y ecológica en casi todos los puntos
Consejo: lleva tu basura contigo y evita jabones o cremas en ríos y cascadas.
4. Ruta de los Volcanes – Ecuador
Este recorrido atraviesa la Avenida de los Volcanes, desde Quito hasta Riobamba y Baños. Es ideal para mochileros que quieren combinar caminatas, cultura indígena y experiencias rurales. Puedes visitar reservas comunitarias, pueblos quechuas y cooperativas productivas.
Destinos sostenibles:
- Quilotoa y su laguna en cráter volcánico
- Saquisilí y su mercado indígena
- Voluntariados en granjas agroecológicas
Recomendación: utiliza transporte público local y duerme en casas de familia o ecohostales.
5. El Chaltén – El Bolsón – Bariloche (Argentina)
Este triángulo patagónico combina montañas, lagos, bosques y una tradición fuerte de mochilero alternativo. Hay rutas señalizadas para trekking libre, campings gratuitos y pueblos con propuestas de vida sustentable.
Elementos sostenibles:
- Acampe libre en zonas autorizadas
- Ferias de productores locales
- Alojamientos con gestión ambiental
Consejo: lleva bolsas para residuos, cocina con gas y respeta los senderos marcados.
6. Valle Sagrado de los Incas – Perú
Además de Machu Picchu, el Valle Sagrado ofrece pueblos como Pisac, Ollantaytambo o Urubamba donde florecen proyectos de permacultura, yoga, agricultura orgánica y trueque. Puedes encontrar voluntariados, talleres de bioconstrucción o casas abiertas a viajeros conscientes.
Ejemplos de sostenibilidad:
- Centros de retiro que trabajan con comunidades locales
- Comidas orgánicas y producción permacultural
- Uso de baños secos, paneles solares y materiales reciclados
Recomendación: permanece más de un par de días para integrarte al ritmo local.
7. Rutas en bicicleta: todo el continente
El cicloturismo es una de las formas más sostenibles de recorrer Sudamérica. Existen miles de mochileros que cruzan países enteros en bici, acampando, cocinando, y generando casi cero impacto.
Rutas recomendadas:
- La Costa del Pacífico (Ecuador–Perú)
- Carretera Austral
- Norte argentino – Quebrada de Humahuaca
- De Bogotá a Medellín por la ruta de pueblos cafeteros
Consejo: únete a grupos de cicloviajeros o usa la red Warmshowers para hospedaje colaborativo.
8. Comunidades indígenas con turismo comunitario
Muchas comunidades indígenas abrieron sus puertas al turismo, no para ser observadas como espectáculo, sino para compartir su sabiduría ancestral y generar ingresos sin perder autonomía. Puedes dormir en casas locales, participar en rituales o ayudar en tareas cotidianas.
Ejemplos:
- Comunidad Kichwa en Misahuallí (Ecuador)
- Pueblos mapuches en la Araucanía (Chile)
- Comunidades quechuas en el Lago Titicaca (Bolivia–Perú)
Importante: siempre respeta las normas, no fotografíes sin permiso, y recuerda que estás entrando a un territorio con reglas propias.
9. Amazonas profundo: turismo de bajo impacto
El Amazonas puede parecer una zona solo para turismo organizado, pero existen opciones sostenibles para mochileros. Algunos proyectos comunitarios permiten que viajes en barco, acampes en la selva o colabores con educación ambiental.
Puntos clave:
- Iquitos, Perú: entrada al Amazonas peruano
- Leticia, Colombia: base para navegar el río
- Manaos, Brasil: con opciones de turismo de base comunitaria
Consejo: lleva todo lo necesario (repelente, filtros de agua, linterna) y prepárate para desconectar completamente.
10. Voluntariados ecológicos en toda Sudamérica
Más que una ruta, es una filosofía: moverte entre proyectos ecológicos, centros culturales, granjas orgánicas o hostales alternativos donde intercambias tiempo por comida y alojamiento.
Plataformas útiles:
- Worldpackers
- Workaway
- HelpX
- Redes de trueque locales
Ventajas:
- Bajo presupuesto
- Aprendizaje constante
- Integración real con la comunidad
Consejo: elige lugares que tengan impacto positivo real y que valoren tu tiempo como voluntario.
Consejos prácticos para mochileros sostenibles
1. Lleva tu kit básico:
- Botella reutilizable
- Cubiertos y platos propios
- Bolsa de tela o mochila de mercado
- Jabón biodegradable
- Filtro de agua o pastillas purificadoras
2. Reduce tu basura:
- Evita envoltorios
- Compra a granel
- Recicla donde sea posible
3. Consume con conciencia:
- Compra local
- Apoya cooperativas o ferias
- Evita multinacionales y cadenas masivas
4. Viaja lento:
- Menos transporte = menos huella de carbono
- Más tiempo en un lugar = más conexión y menos gasto
5. Respeta el entorno:
- No dejes huella en parques y senderos
- No lleves “souvenirs” de la naturaleza
- Mantente en los caminos marcados
Mochilear con conciencia es posible y necesario
Ser mochilero no es sinónimo de ser turista irresponsable. Al contrario: quienes viajan con una mochila al hombro tienen el poder de elegir cómo y dónde poner su energía, su dinero y su tiempo. En Sudamérica, las oportunidades para hacerlo de manera sostenible son muchas y cada vez más visibles.
Si eliges caminar con respeto, compartir con empatía, consumir con conciencia y moverte con amor por el planeta, no solo tendrás un viaje inolvidable: estarás ayudando a construir un turismo diferente, justo, regenerativo y profundamente humano.
La próxima vez que armes tu mochila, no solo pienses en lo que necesitas… piensa también en lo que puedes devolver.

Mochilero por 10 años, ha recorrido cada rincón de Sudamérica. Escribe el blog para compartir rutas auténticas y consejos sostenibles. Apasionado por conectar culturas y viajeros, cree que la aventura no tiene precio. ¡Explora con mente abierta y presupuesto bajo!